domingo, 30 de octubre de 2011

A un amigo: Cuando la música se apaga y el corazón grita.


Cuando la vida se confunde con la música, cuando los sonidos del órgano ya no acompañan a las melodías gregorianas, cuando la música duele como la vida, cuando los sonidos impiden entender hasta lo más sencillo, cuando los ecos del alma se escuchan agigantados dentro del vientre de la ballena de Jonás, cuando quizás se pierde toda esperanza, es entonces cuando
2 Jonás oró a Yahveh su Dios desde el vientre del pez. 3 Dijo: Desde mi angustia clamé a Yahveh y él me respondió; desde el seno del seol grité, y tú oíste mi voz. 4 Me habías arrojado en lo más hondo, en el corazón del mar, una corriente me cercaba: todas tus olas y tus crestas pasaban sobre mí. 5 Yo dije: ¡Arrojado estoy de delante de tus ojos! ¿Cómo volveré a contemplar tu santo Templo? 6 Me envolvían las aguas hasta el alma, me cercaba el abismo, un alga se enredaba a mi cabeza. 7 A las raíces de los montes descendí, a un país que echó sus cerrojos tras de mí para siempre, mas de la fosa tú sacaste mi vida, Yahveh, Dios mío. 8 Cuando mi alma en mí desfallecía me acordé de Yahveh, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo Templo. 9 Los que veneran vanos ídolos su propia gracia abandonan. 10 Mas yo con voz de acción de gracias te ofreceré sacrificios, los votos que hice cumpliré. ¡De Yahveh la salvación! 11 Y Yahveh dio orden al pez, que vomitó a Jonás en tierra.

Y entonces comenzarás a acercarte —si ése es tu deseo y tu esperanza— a un tipo de conocimiento muy querido de tu corazón. Entre otras cosas, verás que no eres la primera persona a quien la conducta humana ha confundido, asustado, y hasta asqueado. Te alegrará y te animará saber que no estás solo en ese sentido. Son muchos los hombres que han sufrido moral y espiritualmente del mismo modo que tú. Felizmente, algunos de ellos han dejado constancia de su sufrimiento. Y de ellos aprenderás si lo deseas. Del mismo modo que alguien aprenderá algún día de ti si sabes dejar una huella. Se trata de un hermoso intercambio que no tiene nada que ver con la educación. Es historia. Es poesía. .. Con esto no quiero decir que sólo los hombres cultivados puedan hacer una contribución significativa a la historia de la humanidad. No es así. Lo que sí afirmo, es que si esos hombres cultos tienen además genio creador, lo que desgraciadamente se da en muy pocos casos, dejan una huella mucho más profunda que los que poseen simplemente un talento innato. Tienden a expresarse con mayor claridad y a llevar su línea de pensamiento hasta las últimas consecuencias. Y lo que es más importante, el noventa por ciento de las veces tienen mayor humildad que el hombre no cultivado...
Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en él. En cuanto empiezan a correr sin mirar a donde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.


Libro de Jonás, 2, 2-11 (Biblia de Jerusalén)
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El guardían entre el centeno (The Catcher in the Rye): Jerome David Salinger.

lunes, 24 de octubre de 2011

Farinelli. De la capacidad de conmover que tiene la música, II.

Metastasio, la cantante Teresa Castellini y Farinelli

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La pasión por «il bel canto» había llegado en Londres al fanatismo, contraponiendo dos bandos, artista contra artista y compañía contra compañía. Se intentaba arrebatar el cetro del mundo musical a Haendel, y contra su teatro se creó la compañía rival, «Opera of the Nobility», a la que como atracción estelar se incorporó Farinelli* en 1734. Esta competencia, que acabará a la postre arruinando ambas compañías y con ellas la ópera en Inglaterra -pues una ciudad no podía soportar dos compañías simultáneamente, dadas las astronómicas cifras que cobraban los cantantes-, tiene una pausa durante la cual se logró en una ópera la actuación conjunta de Farinelli y del otro gran astro del momento, Senesino.

Un contralto y la preferencia de este tipo de voz por Haendel explican la que tuvo de este músico sobre Farinelli, soprano. Se logró hacerles cantar juntos (Senesino**, astro del momento). En el ensayo, la orquesta olvidó seguir tocando, embobada ante el virtuosismo de Farinelli, y en el estreno ocurrió una anécdota memorable: Farinelli representaba a un héroe encadenado, hacia quien se encamina agresivo el tirano enfurecido, representado por Senesino. Farinelli entona su aria, con tal impacto sentimental que Senesino, en pleno escenario, olvida papel, rivalidad y público y corre a abrazar llorando a la supuesta víctima.

Este simpático e inesperado incidente nos lleva a comentar un aspecto singular del arte de los «castrati»: su increíble potencial lacrimógeno. Teatro, ópera, cine, novela y serial radiofónico se han utilizado en parte para llorar «bien a gusto», pero no creo exista equiparación con lo conseguido por estos mutilados eufónicos. La sorprendente resonancia afectiva del canto de los «castrati» se valora por todos los comentaristas, y por el rico anecdotario comprobamos su especial potencia para provocar el llanto.

Entre el anecdotario plañidero destaca también la actuación de Gasparo Pacchierotti***, que cantando en Venecia el papel lastimero del protagonista del “Artajerjes”, de Metastasio en 1785, tras un aria especialmente emotiva, notó con asombro que la orquesta no ejecutaba el «ritornello»; se acercó al borde del escenario a interrogar al director y le encontró desbordado por el llanto, y que, incapaz de dirigir, le señaló a la orquesta, que llorando en pleno (igual que los espectadores) tardó varios minutos en reponerse y poder tocar. La capacidad de Pacchierotti para desencadenar incontinencias emocionales es tan llamativa que aparece como un leit motiv en las crónicas de sus actuaciones en recitales: «He visto a sus auditores, incluso a los menos iniciados musicalmente, embargados por el llanto, mientras él cantaba». Por supuesto, no falta un compatriota (estas cosas siempre las hacen los compatriotas), que envidiando tan espectacular inducción al transporte lacrimoso en la ópera de Londres, escribe (Niccolo Tommasco, se llama el envidioso): «No tiene gran mérito que mueva al llanto a los ingleses, ya que estos dóciles isleños esperan ovinamente a que el duque de Orleans, desde su palco, dé la señal de llevarse el pañuelo a los ojos en disciplinada unanimidad ».

Es más meritoria esta capacidad de irradiación sentimental de Pacchierotti, pues le falta planta de actor, al haber pagado su cuerpo tributo al eunuquismo: quedó deforme y desgarbado; «...es su voz la que tiene un increíble poder amoroso». El propio músico es propenso a la incontinencia emotiva. En su debut en Sicilia estuvo a punto de ver quebrada su carrera, que se iniciaba en una ópera en que cantaba la Gabrielli (una prima dona de las más fenomenales e insorportables). Escuchándola, Pacchierotti se refugió llorando entre bastidores, “desesperado de no poder igualar a tan formidable cantante”.

Al asombroso incidente de Farinelli con Senesino se suma otro similar al que acabamos de relatar sobre Pacchierotti. Un principiante, Gizziello, debuta en una actuación de Farinelli, y al escuchar a éste, se desmaya; tanto le abruma la superioridad del coloso. Pero éste, movido como siempre por su buen corazón, conforta a Gizziello, le obliga actuar y le empuja al triunfo.

(Locos egregios. J. Antonio Vallejo Nájera. Planeta Agostini. Memorias de la historia. Barcelona, 1996, pp. 99-112).

* Farinelli (1705-1782), sobrenombre por el que era conocido Carlo Broschi, es uno de los más famosos castrati italianos del siglo XVIII. Debutó a los quince años, y a partir de ahí interpretó los mejores papeles de soprano en ópera, no sólo en su patria sino en Londres, Viena y Madrid.

** Francesco Bernardi (1685-1759) más conocido como Senesino, fue uno de los principales castrati de la historia, y uno de los cantantes predilectos de Haendel.

*** Gasparo Pacchierotti (1740-1821). Sus éxitos en Londres, sonde se convirtió en el mimado de la ciudad, le dieron proyección continental, y a partir de 1770 fue reclamado por los principales coliseos líricos de Europa.


lunes, 17 de octubre de 2011

XVI JORNADAS DE CANTO GREGORIANO

XVI JORNADAS DE

CANTO GREGORIANO


LA IMPLANTACIÓN EN ARAGÓN EN EL SIGLO XII

DEL RITO ROMANO Y DEL CANTO GREGORIANO

2, 9, 12 y 16 de Noviembre de 2011

Coordinación: Luis Prensa Villegas – Pedro Calahorra Martínez

CÁTEDRA DE MÚSICA MEDIEVAL ARAGONESA

Institución “Fernando el Católico” (CSIC)

Diputación Provincial de Zaragoza

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CONFERENCIAS

Día 2 de noviembre, miércoles, 19.30 h.

“Aragón: de reino a corona (1076 / 1162)

Juan F. Utrilla Utrilla

Universidad de Zaragoza

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Día 9 de noviembre, miércoles, 19.30 h.

“Introducción en las iglesias de Aragón, en el s. XII,

del rito romano y del canto gregoriano”

P. Juan Pablo Rubio Sadia OSB

Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos

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Día 16 de noviembre, miércoles, 19.30 h.

“Ut unanimes uno ore honorificetis Deum :

canto llano y liturgia en el periodo pre-tridentino”

Santiago Ruiz

Universidad Complutense de Madrid


SALÓN DE ACTOS CAI

Independencia, 10. Zaragoza

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CONCIERTO

Sábado, día 12 de noviembre, 19.30 h

Real Capilla de Santa Isabel de Zaragoza


Recital de Canto Gregoriano

Schola gregoriana “Vocalia Consort”. Roma.

Director: Alessandro De Lillo.

Colabora

CAI. OBRA SOCIAL

Servicio cultural

miércoles, 12 de octubre de 2011

¡GRACIAS A UN MAGNÍFICO GRUPO DE INVESTIGADORES!


Quiero hacer, desde aquí, un merecido homenaje al equipo de investigadores de la Cátedra de Música Medieval Aragonesa, surgida de la extinta Sección de Música Antigua de la Institución “Fernando el Católico” (organismo autónomo de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza), que está llevando a cabo una paciente, laboriosa y exhaustiva labor de digitalización, indexación y estudio del repertorio litúrgico musical del Medievo aragonés. ¡Gracias de corazón!

Su silencioso trabajo se verá recompensado con la publicación de los resultados en la biblioteca virtual de la mencionada Institución, haciendo así posible a otros estudiosos e investigadores el conocimiento y el acceso a unas fuentes hasta ahora poco conocidas:

http://ifc.dpz.es/publicaciones/ver-coleccion/id/6

Esta es la brillante nómina, de la que todos, y especialmente Pedro Calahorra (http://ifc.dpz.es/publicaciones/ver/id/3073) y yo como directores de este proyecto (http://ifc.dpz.es/publicaciones/ver/id/2500), debemos estar enormemente orgullosos:

* Felicísimo Arranz. Breviarium monasticum (s. XI). Archivo de la Catedral de Huesca;

* María Bejarano Gordejuela. Graduales (ss. XV-XVI). Archivo de la Catedral de Barbastro (Huesca);

* Alberto Cebolla Royo. Processionale de Sijena (s. XV);

* Jesús Clavería Luengo. Breviarium oscense. Pars Prima. Pars Altera. Pars Tertia (finales del s. XII). Archivo de la Catedral de Huesca;

* José Luis García Remiro: Antiphonarium de Sanctis. Munébrega II y III (ss. XIII-XIV). Archivo de la Parroquia de Munébrega (Zaragoza);

* Reyes Gil Marcos. Graduale Cartusiense (s. XVI). Cartuja de Aula Dei (Zaragoza);

* Eloy Gracia Lázaro. Breviarium (s. XIII). Archivo de la Catedral de Huesca.

La foto que encabeza esta entrada muestra al equipo en uno de los inolvidables y fructíferos días de trabajo de campo en el Archivo Capitular de la Catedral de Huesca. Además de los mencionados, aparece también el ya desaparecido Archivero, Don Damián Peñart, siempre solícito y amable donde los hubiera, y Natividad P. Soguero, informática del grupo amen de organista y clavecinista. Y faltamos Alberto Cebolla y yo mismo, fotógrafo para la ocasión.

A todos ellos ¡GRACIAS!

domingo, 9 de octubre de 2011

Permanezcan hambrientos. Permanezcan descabellados (Steve Jobs)

Permanezcan hambrientos. Permanezcan descabellados.

Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto.

Si hoy fuera en último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer hoy?

No se dejen atrapar por dogmas – es decir, vivir con los resultados del pensamiento de otras personas.

No permitan que el ruido de las opiniones ajenas silencien su propia voz interior.

Y más importante todavía, tengan el valor de seguir su corazón e intuición, que de alguna manera ya saben lo que realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario.

Steve Jobs, uno de los fundadores de Apple y figura imprescindible para entender la evolución de la tecnología en las últimas décadas, falleció el día 6 de octubre a los 56 años, según anunció la compañía. En el discurso que Steve Jobs, creador de CEO de Apple Computer y de Pixar Animation Studios, dictó el 12 de Junio de 2005 en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford, decía:

Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo parecido a “Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto”. A mí me impresionó y desde entonces, durante los últimos 33 años, me miro al espejo todas las mañanas y me pregunto: “Si hoy fuera en último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer hoy?” Y cada vez que la respuesta ha sido “No” por varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo. Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a decidir las grandes elecciones de mi vida. Porque casi todo – todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso – todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solamente aquello que es realmente importante. Recordar que tienen que morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienen algo que perder. Ya están desnudos. No hay ninguna razón para no seguir a su corazón.

Casi un año atrás me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un scanner a las 7:30 de la mañana y claramente mostraba un tumor en el páncreas. […] Significa intentar decirle a tus hijos todo lo que pensabas decirles en los próximos 10 años, decirlo en unos pocos meses. Significa asegurarte que todo esté finiquitado de modo que sea lo más sencillo posible para tu familia. Significa despedirte. […] Fue lo más cercano que he estado a la muerte y espero que sea lo más cercano por unas cuantas décadas más. Al haber vivido esa experiencia, puedo contarla con un poco más de certeza que cuando la muerte era un útil pero puramente intelectual concepto: Nadie quiere morir. Incluso la gente que quiere ir al cielo, no quiere morir para llegar allá. La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y es como debe ser porque la Muerte es muy probable que sea la mejor invención de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Ahora mismo, ustedes son lo nuevo, pero algún día, no muy lejano, gradualmente ustedes serán viejos y serán eliminados. Lamento ser tan trágico, pero es muy cierto. Su tiempo tiene límite, así que no lo pierdan viviendo la vida de otra persona. No se dejen atrapar por dogmas – es decir, vivir con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitan que el ruido de las opiniones ajenas silencien su propia voz interior. Y más importante todavía, tengan el valor de seguir su corazón e intuición, que de alguna manera ya saben lo que realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario.

Fue a mediados de los 70 y yo tenía la edad de ustedes. En la tapa trasera de la última edición, había una fotografía de una carretera en el campo temprano en la mañana, similar a una en que estarían haciendo dedo si fueran así de aventureros. Debajo de la foto decía: “Manténganse hambrientos. Manténganse descabellados”. Fue su mensaje de despedida al finalizar. Manténganse hambrientos. Manténganse descabellados. Siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando se gradúan para empezar de nuevo, es lo que deseo para ustedes.


Permanezcan hambrientos. Permanezcan descabellados.

¿Qué más puedo añadir yo? En próximos días, más.