lunes, 26 de septiembre de 2011

Planctus por la marcha de los Cartujos de Aula Dei


Quiero hoy hacer mío ese planctus, ese lamento que un día escribiera un gran amigo, mosén José Antonio, presbítero, gran cantor, filósofo, periodista, y mejor persona:

http://hortusclausus.blogspot.com/2010/01/lamento-por-un-silencio-que-se-va.html

Sí, desgraciadamente nuestros queridos Cartujos abandonan Zaragoza. ¡Ay! Cuánto voy a echar de menos la presencia del P. Pedro, el P. Guillermo, el P. Dionisio, el P. Maximiano, el P. Macario, el P. Hugo, y tantos otros monjes que se alejarán de nuestras vidas, pero permanecerán para siempre en nuestro corazón y en nuestra memoria. Cuántas clases de canto compartidas, a lo largo de estos años, cuántos momentos llenos de serenidad y dulzura... momentos únicos e irrepetibles.


Ya en el año 1996, cuando la CAI me pidió que escribiera un capítulo para el Libro-disco Albada al Nacimiento. La Navidad en Aragón, quise hacer protagonistas de mi trabajo a los novicios que en ese momento abundaban en Aula Dei. Y así El canto gregoriano y la Navidad (Conversaciones medievales en San Juan de la Peña) se convirtió en un sentido homenaje ya a estas personas que tanto han dado y dan a la sociedad desde la soledad de sus vidas.

¿Quién osaría añadir algo a los seculares sonidos que permanecerán en la iglesia de Aula Dei, rememorando tantas emociones vividas? Aún hoy revivo los largos oficios de maitines, a las 12 de la noche, envueltos en la oscuridad y el silencio más sobrecogedor… el oficio de Vísperas al atardecer… la Misa al amanecer… ¡Cuánta belleza envuelta en una desnudez tan extrema! Esta tradición, que recorre los siglos hasta nuestros días, aparece reflejada en los actuales Estatutos de la Sagrada Orden de la Cartuja (capítulo 52), cuando exhorta acerca del modo de cantar y salmodiar:

Nuestra Orden reconoce como propio de su Liturgia el canto gregoriano. Debemos participar en las divinas alabanzas con atención y fervor de espíritu, y estar ante el Señor no sólo con reverencia, sino también con alegría, no con flojedad ni somnolencia, ni escatimando la voz, ni mutilando los vocablos, sino pronunciando con tono y afecto varonil, como es debido, las palabras del Espíritu Santo.

Guárdense la simplicidad y cadencia en el canto, para que esté impregnado de gravedad, y fomente la devoción; ya que debemos cantar y salmodiar al Señor tanto con el corazón como con los labios. Será óptima nuestra salmodia si nos apropiamos el mismo afecto íntimo con que fueron escritos los salmos y cánticos.

Evítense en la salmodia la lentitud y la precipitación. Cántese con voz plena, viva y ágil, de suerte que todos puedan salmodiar devotamente y cantar con atención, sin disonancias, con afecto y perfección.

En la mediante hacemos una buena pausa. Comencemos y concluyamos todos a un tiempo el principio, la división y el fin del versículo. Nadie se permita adelantarse a los demás ni apresurarse; cantemos todos a una, todos a una hagamos las pausas, escuchando siempre a los otros.

En toda lectura, salmodia o canto, no descuidemos acentuar y concertar bien los vocablos, en cuanto sea posible, porque el entendimiento capta y saborea al máximo el sentido, cuando se pronuncia con propiedad.

Es sumamente conveniente que se forme bien a los novicios en el canto, y son dignos de alabanza los que, después de salir del noviciado, nunca descuidan tal estudio.

Los chantres, que están al frente de cada coro deben ser peritos para poder dirigir bien y oportunamente a los demás en la salmodia y canto en la forma dicha, pero bajo la dirección y autoridad del Prior. Es además deber suyo corregir con modestia los que cantan demasiado lenta o apresuradamente, o de modo distinto a como está prescrito, pero es mejor que lo hagan fuera del coro.

Los chantres, en su coro, suben o bajan el tono de los salmos y de todo el canto del Oficio divino, cuando parezca conveniente, con el fin de que todos puedan cantar cómodamente.



Quizá después de leer lo aquí resumido, lo mejor sea el silencio. O quizá, para quienes desconocen en todo o en parte esta particularísima y necesaria forma de vida, pueda ayudar este vídeo de la vida de los Cartujos, en la Grande Chartreuse (Francia):

http://www.youtube.com/watch?v=8-LCx88zupI


(Tengo que reconocer humildemente que me sobrepasa el hecho de poner orden en las entradas de este blog. Me explico: los tipos de letras se van y vienen, así como el tamaño de los mismos, y hasta del color. Imposible encontrar el punto medio, in medio virtus, para lograr el equilibrio que busco. Seguiré intentándolo).

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