Qué gran noche, amigos, aquella, ya lejana, pero tan presente y tan viva en nuestros corazones. Nacho Clemente, nuestro anfitrión, se merece un lugar en ese espacio a veces impreciso en el que se mueve la música, culta, popular, clásica, flamenco, gregoriano...
Y llegó la gran sorpresa de la noche: un duelo incruento, original y bellísimo entre Tutero y el catedrático Luis Prensa, experto en canto gregoriano. A los entonados y monacales "Aves", "aleluyas" y "Kyries" de Prensa, respondió Tutero con rajo flamenco casi doloroso. Al final un "Salve Regina"de Prensa tuvo como contrapartida la profunda espiritualidad de una saeta en la que Tutero volvió a demostrar el excelso cantaor que es, su capacidad para tocar el cielo con su emocionante voz.
Lo que recoge este cronista, Luis Lles, es el sentimiento de lo que siempre he pensado de la música, y lo que he tratado de vivir, más allá de algunas absurdas teorías que pretenden codificar algo que es sencillamente arte, belleza, emoción y sentimiento.
Y como sé que esto es lo que pensáis quienes leéis este incipiente blog, os dedico esta maravillosa velada en Huesca, prometiéndoos que os comunicaré la fecha de la próxima edición de este" maravilloso e incruento duelo", para poder compartirlo con vosotros.
Gracias, Nacho.
Gracias, Tutero.
Gracias, Amigos.
Y llegó la gran sorpresa de la noche: un duelo incruento, original y bellísimo entre Tutero y el catedrático Luis Prensa, experto en canto gregoriano. A los entonados y monacales "Aves", "aleluyas" y "Kyries" de Prensa, respondió Tutero con rajo flamenco casi doloroso. Al final un "Salve Regina"de Prensa tuvo como contrapartida la profunda espiritualidad de una saeta en la que Tutero volvió a demostrar el excelso cantaor que es, su capacidad para tocar el cielo con su emocionante voz.
Lo que recoge este cronista, Luis Lles, es el sentimiento de lo que siempre he pensado de la música, y lo que he tratado de vivir, más allá de algunas absurdas teorías que pretenden codificar algo que es sencillamente arte, belleza, emoción y sentimiento.
Y como sé que esto es lo que pensáis quienes leéis este incipiente blog, os dedico esta maravillosa velada en Huesca, prometiéndoos que os comunicaré la fecha de la próxima edición de este" maravilloso e incruento duelo", para poder compartirlo con vosotros.
Gracias, Nacho.
Gracias, Tutero.
Gracias, Amigos.
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